Me has costado altura y morfina.
Un golpe seco.
Una nuca desnucada y un ojo morado.
Una dentadura sin dientes y un paladar ensangrentado.
El precio a pagar ha sido caro pero mi libertad no se costea, y aún así me has costado.
Me has costado noches en colchones de cleenex, pastillas mezcladas con alcohol barato (alguna que otra recetada) y una larga temporada de depresión.
Me has costado un olvido en sexo's de una noche, la perdida de memoria que me recuerda que no quiero recordarte y un funeral con mi nombre por cada año que pasa.
Me has costado cantos de sirenas y no de mar, un aborto sin existencia de feto, y a mi madre abrazándome.
Me has costado un escupitajo en la cara, una penetración obligada y una brecha en la frente.
Me has costado miedo a rehacerme, perdida de creencias como el amor, y de valores como entender que decir la verdad siempre es una buena opción, no trás tu bofetada.
Me has costado esto y más y me sigues costando porque tengo que recordar todo lo malo para no volver.
Me has costado y sigo pagando deudas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario