jueves, 9 de noviembre de 2017

Me quedo con la chica que me roba los jersey y busca en páginas de poesía lo que a mi no me sale con palabras, la chica con la que hago de cada banco un colchón y con la que ir a practicar el escándalo público en los centros comerciales hasta ser expulsadas, me quedo con la chica con la que voy de la mano y se la meto mientras la sociedad mira extraño y la tercera edad susurra como si aún estuviéramos en antaño.
Me quedo con la chica que me vacia la despensa y el frigorífico pero me lo paga con un croquis en el sofá lleno de caricias y algún que otro café, con la que se la juega con un "te quiero" aún sabiendo que yo no creo en el amor.
Me quedo con la chica que ha conseguido que vaya a urgencias como acompañante y no como paciente, la chica con la que si algo sale mal tengo una recompensa de 23:59.
Me quedo con la chica que se pega más a las sábanas reclamando mimos que yo sueño, con la que se ha atrevido conmigo después de ser locura, desastre, y caso perdido.
Me quedo con la chica que marea a todo el mundo con el fin de pasar la resaca en mi cama, con la chica que se cree graciosa contando chistes de mierda pero ¡Oye, que sonrisas ya me saca!
(Me quedo con la chica y punto, porque a fin de cuentas tú solo tienes una polla que ni siquiera sabes utilizar, un triste miembro con el que no sabes complacer.)
Me quedo con la chica de la coleta y la sonrisa de oreja a oreja, con la que se presentó como "La bomba" y me acabo estallando sin apenas darme cuenta.

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