Que lo intentas, te juro que lo intentas y no tienes ganas de nada y
no sabes muy bien porque y te esperan los platos para fregar y la
habitación por recoger y tienes cosas que hacer y lo intentas, y te
metes a la ducha para limpiarse toda esa congoja que sabes que te está
esperando y sales como puedes, te secas el pelo pensando que ya está que
ya ha pasado, te maquillas porque te están esperando y ya llegas tarde,
te vistes y de repente ¡PUM! Las fuerzas te fallan y tu rimmel empieza a
correrse pero aguantas porque intentas salir del bucle y estás
siguiendo los pasos adecuados y te pones las zapatillas hasta que tu
madre se preocupa por el rimmel de tus mejillas y ¡PUM! Pero lo
intentas, te juro que lo intentas hasta que ya es tarde pues te ha
pillado el chunami de tus adentros. Y te tiras en el sofá y piensas que
lo sola que estás aunque te estén esperando ahí fuera y tengas más de
tres llamadas, y te levantas para buscar compañía en las pastillas que
dejaste hace tres meses y de camino no puedes evitar meterte en la cama y
taparte entera porque no quieres saber nada de lo que está pasando ahí
fuera.
Pero lo intentas, te juro que lo intentas.
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