jueves, 9 de noviembre de 2017

Que lo intentas, te juro que lo intentas y no tienes ganas de nada y no sabes muy bien porque y te esperan los platos para fregar y la habitación por recoger y tienes cosas que hacer y lo intentas, y te metes a la ducha para limpiarse toda esa congoja que sabes que te está esperando y sales como puedes, te secas el pelo pensando que ya está que ya ha pasado, te maquillas porque te están esperando y ya llegas tarde, te vistes y de repente ¡PUM! Las fuerzas te fallan y tu rimmel empieza a correrse pero aguantas porque intentas salir del bucle y estás siguiendo los pasos adecuados y te pones las zapatillas hasta que tu madre se preocupa por el rimmel de tus mejillas y ¡PUM! Pero lo intentas, te juro que lo intentas hasta que ya es tarde pues te ha pillado el chunami de tus adentros. Y te tiras en el sofá y piensas que lo sola que estás aunque te estén esperando ahí fuera y tengas más de tres llamadas, y te levantas para buscar compañía en las pastillas que dejaste hace tres meses y de camino no puedes evitar meterte en la cama y taparte entera porque no quieres saber nada de lo que está pasando ahí fuera.
Pero lo intentas, te juro que lo intentas.

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