De acero soy de la cabeza a los pies y el cielo es sólo un trozo de mi
piel de carne y hueso para ti. No me escondo casi nunca detrás de un
cristal y no me corto cuando quiero volar abre las alas junto a mí que
no nos queda tiempo, no nos podemos parar, que somos como el viento
quien sabe donde irá. Abre los ojos que te quiero ver; abre las piernas
que te quiero amar. A ras del suelo casi casi no te puedo ver, pego en
el techo si te puedo mirar, algo me dice que no puede ser. Dejadme, solo
quiero respirar y hacer lo que me parezca bien y andar de acá para allá
y en un minuto ya me encuentro mejor.
Echo la pela y ya está.
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