lunes, 29 de junio de 2015

Carpe diem, quam minimum credula postero.


Presente, presente, presente... se dice que es algo que está delante o en presencia de alguien o de algo, o que coincide en el mismo sitio, tiempo en que se sitúa actualmente el hablante o la acción, tiempo del verbo que denota que la acción sucede en el mismo momento en que se expresa, obsequio o regalo que una persona da a otra, y finalmente tú. Quiero que seas mi presente porque tenemos el privilegio de saber vivirlo, sin necesidad de que venga un romano a explicarnos lo que significa "Carpe diem". Porque eres el mindfulness mas integro de todo el mundo budista. Porque sabemos valorar lo que hay hoy, sin confiar demasiado en el futuro, y al mismo tiempo sin reprocharnos nada del pasado. Porque vamos sobre la marcha, improvisando. Porque tenemos lo más valioso del ser humano en nuestras miradas y labios, la sinceridad. Porque somos tozudos a rabiar, y no sabemos controlar la rabia, pero nos desfogamos con mucho arte. Que mordemos, pero nuestros labios al besarnos, que chillamos pero cuando llegamos al éxtasis, que se nos va la fuerza de las manos pero para ponerla en nuestros genitales, y desahogarnos. No existen celos, ni reproches, no existen etiquetas, ni compromisos. Tan solo somos los suspiros del momento, el aire al mover nuestro pelo, o el frío al erizarnos la piel. Somos momentos, somos felicidad, porque la felicidad es eso, momentos. Porque ninguno de los dos estamos cuerdos, pero luchamos por mantener vivos estos cuerpos, reconstruyendo los pedazos que nos rompieron con hostias y sentimientos, mediante instantes y buenos recuerdos. Porque estamos en un constante presente y eso si que no muere, a si que a lo mejor, quiere decir un para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario